Infraestructuras en desiertos
Post colaboración de Juan Sesma, compañero y amigo, geólogo con más de 10 años de experiencia trabajando en infraestructuras ferroviarias, en los últimos años dedicado a la construcción del tren de alta velocidad en Arabia y actualmente trabajando en el metro de Doha. Es coautor del artículo «Arena y viento: un bosquejo para el estudio de la acción eólica sobre las infraestructuras, con referencia al ferrocarril de alta velocidad Haramain, La Meca-Medina» Revista de Obras Públicas 2012, 159 (3537): 7-36
Desde que un consorcio de empresas españolas se adjudicó uno de los mayores contratos de construcción en un país extranjero, el tan mencionado ferrocarril de los peregrinos en Arabia Saudita las noticias acerca de la problemáticas derivadas de construir en un medio tan agresivo, no han parado de aparecer en prensa.

Hasta hace muy poco los desiertos eran zonas que se tendía a evitar por lo que las experiencias ingenieriles previas son escasas tanto para la mayor parte de las empresas internacionales como nacionales.
Como ha ocurrido muchas veces a lo largo de la historia, nuestros amigos Chinos han ido casi siempre a la vanguardia en cuanto a avances tecnológicos e ingenieriles se refiere, construyendo kilómetros y kilómetros de carreteras y ferrocarriles que cruzan zonas extremadamente complejas desde el punto de vista geológico y geotécnico e incluso a veces, el propio límite del cuerpo humano.
Por si podéis dedicarle un rato os incluimos un interesantísimo enlace a un documental excepcional que aborda la construcción del ferrocarril Qinghai-Tíbet. Esta nueva línea férrea cruza una de las zonas más inhóspitas que se encuentran en dicho país y pese a tratarse de un desierto “frio”, da una idea de los tremendos retos que tuvieron que abordar, desde construir viaductos pilotados en permafrost hasta cruzar zonas con arenas eólicas en continuo movimiento. Por si lo del inglés no es lo vuestro, está doblado al castellano.
Otro de las increíbles infraestructuras que han realizado en las últimas décadas es la ‘‘Autopista» del Taklamakan o Autopista de Tarim que atraviesa el peligroso desierto del Taklamakan a lo largo de centenares de kilómetros y que pese a que se trata de una carretera convencional más que de una autopista (de ahí lo de las comillas), no desmerece en absoluto.

El método para contener la arena, fijar las dunas y evitar que invadan la carretera, no deja de ser sorprendente…vegetación irrigada y pajas dispuestas de una manera particular en función del viento. Tal y como nos comentaba uno de los ingenieros que participaron en su construcción, el profesor Zhibao Dong, recurre a aquello que tengas a mano y que sea más barato. Con una mano de obra ingente, se trata de un método muy económico y práctico que han ido perfeccionando con los años y la experiencia.

¿Y cómo ha podido llegar esta gente a diseñar estas soluciones tan ingeniosas? Pues yo creo que con paciencia, tiempo y una buena dosis de dinero, cosas que en el mundo de la ingeniería española y en base a mi experiencia, vamos pero que muy escasos.