El Marqués de Pombal: sismología e ingeniería sísmica

 

¿Quién no ha oído hablar del terremoto de Lisboa de 1755? En mi época Salmantina alguna vez acudí a la ascensión de “El Mariquelo” a lo más alto de la torre de la Catedral. Cada 1 de Noviembre se conmemoraba aquella catástrofe, que no causó muertos en la ciudad pero si graves desperfectos en monumentos. Algunos testigos cuentan que “Las aguas del Tormes que durante un buen rato se volvieron turbulentas y tornaron su color al marrón terroso, se retiraron de las orillas como cuatro o cinco varas, arrojando todo su ímpetu contra las pesquera y aceñas sin que estas sufrieran ningún desperfecto, volviendo después a su cauce normal”. Casi nada.

El terremoto tuvo una gran trascendencia en la manera de pensar de la época. Se sintió en Portugal y España, pero tuvo relevancia intelectual en otros países, como Francia o Inglaterra, provocando un debate en cuestiones religiosas, sociales, políticas y filosóficas. La mayoría de los pensadores recurrían a una explicación religiosa pero algunos autores se planteaban una respuesta racional. Es el caso de los españoles Benito Feijoo y Antonio del Barco. (Interesante lectura «El terremoto de Lisboa , 1755 y el pensamiento de Feijoo y del Barco»)

No voy a entrar en los pormenores el terremoto, para eso os recomiendo el podcast del programa “Documentos RNE”, con un magnífico programa dedicado al mismo:

El terremoto de Lisboa: tinieblas en el Siglo de las Luces

 

Como consecuencia del terremoto destaca la figura de Sebastiao José de Carvalho e Melo, mas conocido como Marqués de Pombal, Primer Ministro de Rey José de Portugal. El Marqués de Pombal fue el primero en incentivar una descripción científica y objetiva de las causas y consecuencias de un terremoto, por lo que es considerado por algunos como el precursor de los sismólogos modernos.

La figura del Marqués de Pombal es importante por dos motivos: 1) dirigió personalmente las actividades de búsqueda y rescate, visualizó y puso en marcha las etapas de rehabilitación y reconstrucción. Y 2) envió un cuestionario a todas las parroquias con la siguientes preguntas:  ¿Cuál fue la duración del terremoto?, ¿Cuántas  réplicas se  sintieron?, ¿Qué tipo  de  daños  se ocasionaron?, ¿Se notó un comportamiento extraño de los animales? ¿Qué ocurrió en los pozos de agua? Sin duda muy interesante , estamos hablando de hace más de 250 años, y hay una gran curiosidad científica por parte de las autoridades lusas.

La reconstrucción de la ciudad fue encargada al ingeniero Manuel da Maia, junto con el arquitecto Eugenio dos Santos y el ingeniero y arquitecto Carlos Mardel.  Implementaron un proceso constructivo totalmente nuevo  teniendo en cuenta la estabilidad de los edificios frente a la acción sísmica y la seguridad contra los incendios, estandarizando el método constructivo para abaratar costes y ser más rápidos en la reconstrucción.

El barrio de La Baixa, que se sitúa en antiguos depósitos del rió Tajo, fue el más afectado por el terremoto. Este terreno aluvial, de unos 30m de espesor, está formado por arcillas arenosas con intercalaciones de algunas gravas redondeadas, y con el nivel freático superficial, situándose a las 3,5m.

El sistema de cimentación que se utilizó en la reconstrucción fue el de cimientos de mampostería en forma de arco para transmitir mejor las cargas al terreno, apoyando en un entramado de palos y traviesas cilíndricas de madera de 15cm de diámetro que se apoyan en una estacas o pilotes cortos , denominados “estacas pombalinas”. Estos minipilotes eran de 15 a 18cm de diámetro, de madera de pino y con 1,5m de longitud clavados en el terreno, separados unos 40cm entre sí. El elemento que se utilizaba para hincarlos se denominaba “macaco” o “bugio”. Estas estacas se instalaban sobre una plataforma que previamente se había compactado con un mazo.  Este sistema realmente, recuerda al utilizado desde la antigüedad en los palafitos que se construían cerca de los cauces y lagos, o el sistema utilizado en Venecia, pero entiendo que aquí la novedad es el carácter sismorresistente.

Fases de la construcción de los cimientos Fuente: http://baixapombalina.blogspot.com/2004/04/as-tcnicas-de-construo-pombalina.html

La gran novedad en la construcción antisísmica es la ejecución de las paredes pombalinas o “gaiolas” (jaulas), formadas por un enrejado de madera en forma de cruz de San Andrés y relleno de material cerámico y escombros con mortero de cal. Esta “gaiola” trata de conferir al edificio una capacidad resistente tal que pueda disipar la energía de los esfuerzos horizontales del sismo.

¿Y como sabían que este sistema de “gaiolas” funcionaría? Pues haciendo ensayos a escala real.  El ingeniero militar Carlos Mardel ensayó sobre una estructura real , haciendo pasar a un destacamento militar  marchando de manera desordenada simulando la aceleración sísmica y comprobando la viabilidad del sistema.

 

Muros o «gaiola» Pombalina Fuente: http://www.conservationtech.com/MAIN-TOPICS/ROMEprojects/Pombalwalls/Bombal-stereopr.htm

 

El ser humano aprovechó un desastre natural para su propia evolución tecnológica, pensando cómo construir mejor para resistir las aceleraciones de los sismos . El «Gran Terremoto», en plena «Ilustración» sacudió el pensamiento, buscando respuestas racionales a estas catástrofes y desarrollando técnicas para la investigación de los sismo, y dejó huella en la cultura popular. 1755, una gran fecha para la ciencia y la ingeniería.

 

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Foto de portada: labrujulaverde

https://www.labrujulaverde.com/2018/02/por-que-el-terremoto-de-lisboa-de-1755-derribo-las-iglesias-pero-dejo-en-pie-los-burdeles