Sirva el rescate de este post, publicado en la web de LaVereda Ingeniería en 2015, como mi pequeño homenaje al ingeniero y profesor D. Carlos Oteo, fallecido este año. Gran impulsor de la geotecnia en España, ha sido uno de los mayores expertos en patología geotécnica a nivel mundial. Asistí a una charla suya en el curso de taludes y laderas en Salamanca, en el año 2002, en el que se definió con mucho arte como «arreglaor de taludes», y esperaba verlo en el curso sobre recalces celebrado en Madrid en febrero de 2018, pero estaba convaleciente de una operación y no pudo asistir. Una pena. DEP.

 

El fallo, en general, se suele definir como una diferencia (inaceptable) entre el comportamiento esperado y el realmente observado. En nuestro caso nos referimos al fallo debido a un origen geotécnico. Pretender construir sin deformaciones, asientos o desplazamientos es imposible, pero se adoptan unos límites dentro de los cuales nos movemos en lo admisible (aceptable).

 

En ingeniería geotécnica los estados límites que se deben comprobar varían en función de la estructura (cimentación superficial, profunda, estructuras de contención, taludes,  obras de tierra…) que se diseñe pero en general son: pérdida de estabilidad general, fallo en la capacidad portante, deslizamiento, fallo combinado terreno-estructura, asientos o levantamientos excesivos, movimientos de la cimentación o vibraciones inaceptables.

Los estados límite últimos (ELU) son los que producen la ruina por rotura o colapso estructural de la obra o de parte de la misma. Los posibles modos de fallos de este tipo de estado límite los podemos agrupar en:

  • Pérdida de equilibrio estático. La estructura pierde sus condiciones de estabilidad como consecuencia de alguna acción excesiva sin que la resistencia de los materiales de la estructura o la resistencia del terreno jueguen algún papel apreciable en ello. Por ejemplo un vuelco rígido.
  • Fallo de algún elemento estructural o excesiva deformación de la estructura que está en contacto directo con el terreno. Esos elementos pueden agotar su resistencia de diversos modos (punzonamiento, flexión …) en los que la resistencia del material juega un papel primordial. Por ejemplo el fallo en la capacidad estructural de un pilote.
  • Rotura o excesiva deformación del terreno. Son aquellos fallos en los que la resistencia del terreno juega un papel esencial. Por ejemplo el hundimiento de una cimentación superficial o profunda.
  • Pérdida de equilibrio de la estructura o el terreno debida al exceso de presión de agua. Son aquellos fallos provocados por excesos de presión hidrostática en los que la resistencia mecánica del terreno y de la estructura juegan un papel secundario.
  • Fallos ocasionados por la filtración de agua en el terreno. La filtración de agua puede provocar arrastres (piping) que provocan la ruina.

 

 

Los estados límite de servicio (ELS) son aquellos estados que producen la pérdida de funcionalidad de la obra o de una parte de ella, de forma reversible o irreversible, afectando al confort y al bienestar de las personas. Los podemos agrupar en:

  • Deformaciones que afectan la funcionalidad de la estructura y/o el confort de los usuarios. Por ejemplo asientos diferenciales o distorsiones angulares no admisibles.
  • Vibraciones que limitan la funcionalidad de la estructura y causan molestias al usuario final.
  • Daños estéticos que afectan a la apariencia, durabilidad y funcionalidad de la estructura.

 

Normalmente el fallo geotécnico no se dá por una única causa si no por dos o más, siendo el agua uno de los principales causantes. Las causas más comunes en fallos geotécnicos son:

  • Inadecuada investigación geotécnica.
  • Parámetros geotécnicos incorrectos, normalmente consecuencia de la anterior.
  • Modelo de análisis geotécnico inapropiado: largo plazo Vs corto plazo
  • Infravaloración de las acciones en el proyecto
  • Cambios de cota en los niveles freático, filtraciones….
  • Técnicas o métodos constructivos inapropiados, utilización de materiales con propiedades no acordes al proyecto
  • Eventos extraordinarios: climáticos, impactos…

En el análisis patológico debemos plantearnos preguntas, investigar el daño, deterioro o el colapso producido, evaluar los problemas causados por los asientos diferenciales, movimientos de laderas, suelos colapsables…determinar qué causó el daño y diseñar las reparaciones necesarias. Al igual que un investigador policial debemos responder al porqué, qué, cómo y quién.

 

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