Post colaboración de Jaime J. González Gonzálvez, Geógrafo contemplativo de presas, y Vocal colaborador del Comité Nacional Español de Grandes Presas, resumen sobre sus artículos enlazados al final del post.
La utilidad de asegurar el riego de sus terrenos hizo que los agricultores encargarán a los ingenieros redactar proyectos de grandes presas. Los dos proyectos del sXIX no se ejecutaron, pero a partir de 1902 se diseñaron más de 300 presas, llegándose a construir más de 75 en los barrancos de Gran Canaria (Islas Canarias). Este artículo intenta bosquejar, con ejemplos, la evolución temporal de los reconocimientos geológicos efectuados por los ingenieros y los geólogos en las cerradas, embalses y presas en explotación. Entre los numerosos ejemplos se encuentra la unidad obra y terreno de la Presa de Chira, depósito superior del Proyecto Central Hidroeléctrica Reversible Soria – Chira (Red Electrica de España).
La construcción de grandes presas en Gran Canaria se inició con la tramitación y concesión del Proyecto de la Presa de San Lorenzo (1902). En la memoria se incluyó un escueto análisis del terreno: la roca que forma el suelo y las márgenes del barranquillo es tobásica. En las dos décadas siguientes se proyectaron otras 26 presas y los análisis del terreno eran breves, limitándose los ingenieros a resaltar que la impermeabilidad de las cerradas y embalses parecía asegurada o era casi absoluta. El primer reconocimiento ocular de un terreno por parte de un geólogo fue efectuado en 1927 por el Catedrático de Geología Lucas Fernández Navarro. Su informe fue favorable pero Entrecanales y Távora encontró una capa de arenisca de regular dureza de 7,50 m de potencia en el centro del cauce.
Para mejorar las circunstancias hidrológicas tan adversas que tenía la isla (escasez de agua), los agricultores cultivaban en la costa y regaban los campos con las aguas de las medianías, pero desde 1902 construía grandes presas en el Norte para almacenar las aguas invernales y utilizarlas, luego, en la época seca. En la década de 1930 las empresas hidráulicas se incrementaron notablemente, llegándose a diseñar unas 70 grandes presas. Los reconocimientos geológicos siguieron siendo efectuados por los ingenieros presistas, pero en 1933 llegó a la isla Monsieur Jacques Bourcart, Maître de Conferences de Géologie dynamique à la Faculté des Sciences de L´Université de Paris (Sorbonne). Bourcart elaboró informes muy completos y detallados de varias cerradas. También redactó un informe general sobre la planificación hidrológica de la isla (RAPPORT GENERAL SUR L´AMENAGEMENT HYDROLOGIQUE DE L´ILE DE GRAN CANARIA).
En la década de 1940 se diseñaron unas 60 grandes presas en la geografía insular. A pesar de los primeros informes realizados por los geólogos, los ingenieros continuaron efectuando los reconocimientos oculares de los terrenos para cerrar los barrancos, aunque desde 1938 se disponía del estudio de conjunto de la estructura geológica de Gran Canaria, efectuado minuciosamente por Simón Benítez Padilla y que incluía el primer Mapa Geológico de Gran Canaria a E 1:100.000.
En la década de 1950 se llegaron a diseñar unas 110 grandes presas, pero los ingenieros proyectistas continuaron aportando en las memorias de lo imaginado análisis de corta extensión de la geología de las cerradas y vasos, incluyendo las medidas a tomar en caso de aparición de grietas o fisuras en el lecho o en las márgenes del cauce: recubriéndolas con mortero o lechada de cal. El número gigantesco de diseños incrementó de manera notable las visitas a la isla de los ingenieros geólogos José Luis Fernández Casado y Federico Macau Vilar. Sus informes de los terrenos fueron cada vez más extensos y de mayor calidad. Respecto a los geólogos, sólo hay constancia del informe elaborado en 1952 por Telesforo Bravo Expósito sobre una cerrada de la Caldera de Tirajana.
El número de presas diseñadas en la década de 1960 descendió a 30. Durante la construcción de la bóveda de Soria se terminaron presas de mampostería cuyas obras se habían prolongado en el tiempo y se ejecutaron recrecimientos de presas con fábricas de mampostería. Los estudios geológicos siguieron siendo redactados por los presistas y los ingenieros del SGOP, mientras que los geólogos fueron empleados por los peticionarios o los ingenieros para justificar las condiciones de los terrenos frente a las obras proyectadas o en construcción.
En los años setenta sólo se diseñaron ocho presas para cerrar barrancos, construyéndose las de Tirajana, Aríñez, Cueva Blanca, Siberio y la del Conde, pero fue la década donde el SGOP elaboró el primer inventario de las grandes presas construidas en Gran Canaria y analizó las características geológicas generales de las cerradas y vasos, realizando reconocimientos y estudios de muchas presas y correcciones en algunas de ellas. El trabajo fue dirigido por el ingeniero José Sáenz de Oiza, Director del Estudio Científico de los Recursos del Agua en las Islas Canarias (SPA/69/515). Tras un vacío significativo sin reconocimientos geológicos, los trabajos acaban de empezar, aunque sólo desde un punto de vista partidista (véase también Construcción de grandes presas en Canarias: la singularidad de Gran Canaria).
Enlace a los artículos completos:
Geología de grandes presas en Gran Canaria
https://www.researchgate.net/publication/337448677_Geologia_de_grandes_presas_en_Gran_Canaria
Construcción de grandes presas en Canarias: la singularidad de Gran Canaria.
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